miércoles, 6 de abril de 2011

¡Ñaña!...ñaña... me decias...

-Ñaña... me decías... y nunca tan bien expresado ese momento en que intentabas burlonamente consolarme...
Como en esta foto.
Te hacia gracia verme rabiar...
Te hacia gracia.
Encima y para colmo de mis males... como a proposito para dominarme me habian ordenado ponerme la bincha y mostrar mi gran defecto... ese que mis tias a proposito y para que no fuera vanidosa y me echara a perder como en la cancion infantil me hacian notar cada vez que ibamos a Tucuman... mi mama en cambio amorosa me contentaba diciendome: -La frente grande es de gente inteligente...¿no ves la de tu papa?
¡Que carácter Anita!...¡que carácter hija!...
Y es que mi papa me acababa de retar y hacer que me colocara en el lugar que cronologicamente y por orden de aparicion en esta vida me correspondia estar... yo queria sentarme al lado de mi mama alli donde se ve una temerosa y asustada Dianita mas pequeña en tamaño pero mas grande en edad que yo... a esa que con la complicidad de Susana le ganaba ampliamente en mis carreras de triciclo... y es que Diana habia sido el unico parto que asistio mi padre (y casi se desmaya)... un parto seco... y era menudita y le daban pavapepcin para que engordara... y yo trepandome al ropero lo habia alcanzado y despues de mandarme un trago...me di conque el frasquito no tenia ese rico jarabe sino...goma laca... la goma laca que utilizaba mi papa en la confección de nuestros propios roperos con la ayuda del dr Diaz que le enseñaba carpintería...
Finalmente Alberto Jose había nacido...no se perdería el apellido Acosta... de esta rama de la familia...
-Yo voy a tener todos los hijos que Dios me quiera dar. había dicho mi mama... pero el chango no venia: ¡puras chancletas nomas!...
Y casi casi...no viene...
Porque un amor tan grande como los de mis dos papas... es un amor puro sacrificio y trabajo...
Y cada uno de sus embarazos había tenido que luchar con la voluntad de mi papa... que pensaba que Dios no tenia que ver con este asunto...(pero este tema lo continuo otro dia...
¡Ñaña! : nadie me consolaba y entendía tanto como vos: sabia hermanita que decidiste partir... a la Luz que no tienen Fin...

No hay comentarios:

Publicar un comentario