jueves, 31 de agosto de 2017

Que bellas estan mis dos sobrinas... ¡Valentina y Julia!

 Valentina bañada de sol con su amiga Cami Ovando Y Julia las dos estudiantes de sicologia...
 Hija de mi hermano Alberto nacido el día de la Bandera argentina 20 de Junio...la Virgen de las Mercedes Patrona del Ejercito Argentino rinde tras la batalla de Tucuman su espada a la Virgen...mi tía Pola era de la Cofradía de la Virgen y mi mama había estudiado en las Mercedarias (Tucuman)...
Almendra y Renata mis otras sobrinitas y su abuela y el tejanito sobrino biznieto (Houston) que tengo en Texas... con su papa.



De octubre Valentina Lucia Salaris
Que esté limpio el Tribunal,
por fuera.
Que no importe si ahí adentro
desde su pulcro despacho,
un juez hace bollo la denuncia
número 40
de una mujer golpeada.
Que esté limpio el sanatorio,
por fuera.
Que no importe si ahí adentro
con sus guantes blancos,
un médico de renombre cobra caro
el silencioso trabajo
de retirarle la vergüenza
a una mujer que no se siente representada.
Que esté limpia la Catedral,
por fuera.
Que no importe si ahí adentro,
protegido por un amable vitró,
y en el nombre de Dios,
ese padre –de nadie-
se excita con la niña y el niño que todavía creen.
Que esté limpio el edificio del gran diario,
por fuera.
Que no importe si ahí adentro,
se trama y diseña la protección
de lxs que tiemblan con el ruido.
Que estén limpios los containers,
por fuera.
Que no importe si ahí adentro,
hay una madre acurrucada
buscando la comida
que su teta ya no da
La fachada limpia
es la esencia de esta maquinaria
que funciona con el gota a gota
de la sangre pobre
que ensucia más
pero importa menos.

10 de junio de 2011
Mi mamá llegaba a mi casa muchas veces después de mi, llegaba con su hermosa sonrisa y me decía: boni!!, que querés comer?. Y yo le decía: fideos!!. y ella los cocinaba. Y cuando llegaba y me encontraba dormida, nunca me molestaba y me dejaba dormir, y hasta las 9 de la noche no me despertaba porque al tiempo no lo controlaba.
Mi mamá era mi ángel, y lo sigue siendo, no me olvido de lo hermosa y fresca que se veía cuando sonreía, ella era lo que yo más quería, y hoy continúa siendo lo que yo más quiero .

19 de noviembre de 2015
En una de las que serían sus últimas noches de libertad, Friedrich Nietzsche sale de su alojamiento en el número 20 de la calle Milano. Es enero en Turín, y hace frío. Aprieta el nudo de la bufanda en torno al cuello de su abrigo. Va a cruzar la calle cuando, ante él, un caballo se desploma. El cochero, impaciente, lacera a latigazos el lomo del animal, que no puede tirar de la carga. El filósofo corre hacia él, se abraza a su cuello y, llorando, le pide perdón en nombre de la humanidad.
La historia considera éste episodio como uno de los síntomas de su locura.

4 de octubre de 2011

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