viernes, 19 de abril de 2013

-A ver... doña Carmen, mire por favor aquí: y dígame que ve- dijo el curandero.

Y es que la mama de mi suegra (doña Carmen Vilta Ferreyra) cruzo la calle Corro, donde la joven viuda vivía, de visita a una vecina justo al frente de su casa... y cuando regreso, no podía levantarse de la cama: estaba paralitica...
No sentía ya las piernas y estaba desesperada porque no podía caminar.
Ignacio Loza, que habitaba con su hermana Adita, en aquella casa y que se criaron como si fueran hermanos con mi suegra y su hermana Elba, le había traído aquel hombre haber si podía curarla, ya que el galeno que la había visitado no le encontraba nada y no se explicaba bien lo que le pasaba y solo le había indicado reposo.

Me contaba la hermana de mi suegra, que siendo ella una niña,el hombre bajo de una caleza, que lo llevo hasta allí y que viéndola en ese triste estado a su mama, les había pedido que, de inmediato, le trajeran una botella con agua, la que puso a contraluz de la ventana y entonces pronuncio aquellas palabras...
-A ver: ¿que ve doña Carmen?...
Horrorosamente ella escucho como su mama decía que en aquella botella en la que ella solo veía agua... su mama veía un esqueleto acuclillado.
-Bueno, esto es un mal que le han hecho, para que usted no pueda caminar y muera seca en su cama. Yo la voy a curar... pero este es un hombre,  que le ha tirado algo que usted seguramente a pisado en su vereda... como usted no ha querido salir con el: se lo ha mandado a hacer.
Años mas tarde recordando este incidente: le pregunte como se llamaba este vecino que la deseaba a mi suegra.
-Se llamaba Horacio.

algunos dicen que estas maldiciones se pueden curar pero que algunas se traspasan a las generaciones sucesivas de familiares (hasta en algún libro chino sobre chigong encontré este relato sobre estas entidades de otras dimensiones: son espíritus feroces, decía el autor).
Yo la llame graciosamente: la Maldición de la Pata...hasta que vi que lo que parecía un chiste era en realidad algo que vivía muy cercano a mi... el chino decía en su libro best sellers : que el mal se lo curan a la persona afectada, pero para hacerlo, se lo deben transferir aunque sea levemente a las generaciones futuras...
Quien sabe!.tal vez sea nomas imaginación mía. O no.
Mi marido me regalo unos platos azules donde se veía una caleza dibujada en azul (que yo relacione con mi bisabuela huyendo con sus tres hijos de España después de que le informaran que su marido había sido emboscado)y después yo descubrí en ellos un cráneo de calavera que se dibujaba en el revés o sea en el dibujo que se hacia si uno se fijaba en lo blanco, y me asuste y se los lleve a una curandera también...
Bien mas adelante subo la foto de aquellos platos...

¡De la que te salvaste Cherry, hermanita mía!.

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